En Europa, el 47% de las mujeres y el 39% de los hombres mueren por problemas del corazón. Como no se cansan de repetir los cardiólogos, la prevención ha fallado.Los pasos básicos –dieta sana, ejercicio, dejar de fumar y llevar un estilo de vida no estresante son muy fáciles de enumerar, pero muy difíciles de dar.
Un poco de imaginación y algunas ideas pueden ayudar mucho a ver el panorama más alentador. Si alguien se imagina a sí mismo comiendo sólo verdura hervida y pollo a la plancha toda su vida, no es extraño que abandone el buen propósito. Pero ¿y si piensa en un atún al horno con alcachofas? ¿Y unas espinacas salteadas con setas? Son igualmente cardiosaludables, pero entran con mejor pie en el menú.
Lo mismo pasa con el ejercicio y con el estilo de vida sano.
No pretendas salir a correr solo cada día si no lo has hecho nunca, porque, además de ser peligroso, te vas a aburrir y te rendirás el primer día que llueva.Pero si planificas salir dos días por semana en bicicletacon tus hijos, ¿a que suena mejor? Los médicos van afinando sus explicaciones para conseguir una mayor implicación del enfermo en su recuperación, porque es más efectivo plantearles de manera atractiva lo que son capaces de hacer en su día a día.
Dieta
Qué y cómo, comemos demasiado.
A mediodía y a la hora de cenar comemos un primer plato grande, un segundo plato grande y un postre.
Todos llevamos encima un exceso de calorías.
Si planteamos la comida –y especialmente la cena como plato único, se reduce la cantidad de proteína del segundo plato sin darnos cuenta.Las guarniciones sirven para equilibrar el menú: si el primer plato es a base de verduras, la guarnición del segundo será de hidratos de carbono, como pasta, y viceversa.
No es lo mismo bajar de peso que bajar el colesterol.
A menudo para bajar peso se deja de tomar hidratos de carbono, con lo que el cuerpo quema proteínas en lugar de hidratos de carbono, es decir, quema lo que no debería quemar.Y, para bajar el colesterol, a menudo se reducen drásticamente las grasas de la dieta y se toman más hidratos de carbono, con lo que aumenta el peso y el riesgo de diabetes.
Por eso lo mejor es la famosa dieta mediterránea: muy variada y con ingesta diaria de frutas y verduras, legumbres, cereales, yogur y queso.
Un par de veces por semana, pescado. Poca carne, más pollo, pavo y cordero que ternera.Poca sal., y usar como aderezo hierbas aromáticas.
Una dieta sana para el corazón es, de rebote, sana para muchas otras cosas, con lo que es relativamente sencillo seguir unas pocas pautas que beneficiarán a todos y en muchos factores.No hace falta escribir largas tablas de calorías ni elaborar menús complicados.
Menos productos procesados (cargados de sal, que favorece la hipertensión, y de grasas saturadas, que elevan el colesterol), menos picoteo entre horas (exceso de calorías) y menos bebidas azucaradas.
Mejor el Agua
Hay que tener cuidado con las improvisaciones y el efecto péndulo.
El pescado azul es rico en omega3, muy beneficioso para el corazón, pero eso no significa que haya que comerlo a diario ni en grandes cantidades.
Con dos o tres veces por semana bastará.
Lo mismo pasa con el aceite de oliva: que sea cardiosaludable no quiere decir que se pueda consumir a gogó.
No más de cuatro cucharadas por persona y día.
Y con el vino: se ha demostrado que un par de copitas de vino al día pueden ser beneficiosas, pero no más.
También, con moderación, son buenos el chocolate negro (el cacao tiene antioxidantes) y los frutos secos (con un perfil de grasas muy saludable).
Se debe cocinar con poca grasa: menos fritos, guisos y rebozados, y más horno, papillote, al vapor, a la plancha, al microondas…